Secuaz del cuerpo, útero armado,caminos de conspiración, nafta de estrellas...

sábado, 5 de febrero de 2011



Esta curvatura de aguas rojas
con la mano que se esmera en resbalarse
en la oquedad sangría
Este deslizarse mentrual de hembra temprana
como la llamada de la vida a su creadora.

Me gusta la sangre deslizante
Me gusta disfrazarme con mi flujo
con las manos ensangrentar mi figura
observando firme el colorido

Me arriesgo de pensar en la condena
que habrían de ponerle a  esta locura
este desarme de mi misma cada mes
este desearme la exaltación íntima.

Como nunca comprendió el útero su don

Porque hay un hacha escondida
Hay tras mi delirio un mecanismo de inversión
torturador

Acaso pienso en nuestro número finito
 en la orfandad devoradora raza humana
repoblándose insensata en la miseria…

Acaso pienso en la piel de su vientre antes de darme nombre
en que pudo no nombrarme para nada,
 de si hubiese retenido en sus entrañas
mis entrañas potenciales rompedoras.

Nacer para cambiarlo todo.


Rompo con la duda de la sangre
Rompo conmigo y me rompo
y sale a borbotones esta herida
dada de impotencia de abolengo

2 comentarios:

Mr. Brown dijo...

Es una grata sorpresa: hablas de sangre como símbolo de vida y no sólo de muerte o herida, que -al menos, en nuestra cultura- es lo habitual.
Las imágenes que usas en este poema no son tan bonitas como las del anterior o el siguiente (doble cumplido, triple comentario, ma belle), pero nos hablas de muchas cosas con él, y de cosas importantes. A mí, en concreto, me hablas de la sangre y, con ella, de la vida y, con ella, del riesgo de más sangre (ser herid@) o de renunciar a ella, cambiando la fertilidad como potencialidad por la fertilidad consumada... y siempre hay un riesgo, cualquiera que sea el lado en el que se encuentre un@. Ya hemos hablado de esto, ¿verdad? Dar vida, quitar la vida; atreverse a vivir o limitarse a sobrevivir, pulsión de vida y pulsión de muerte... opino que la vida está para atreverse a sangrar (menstruando o hiriéndonos), a mancharse, a dudar... y, por supuesto, a cambiarlo todo.
Las banderas agitadas por los deseos más hermosos, inevitablemente, son rojas como la sangre y negras como la tierra fértil.
Hacía más de un mes que no entraba en tu hysteron y me alegro de encontrar estas cosas, me alegro de que sigas aquí y me alegro, más aún, de que hicieran de la hipótesis de tu existencia algo real.

Unknown dijo...

La luna en nuestro interior está claro. Y la sangre nos da la vida, fijate incluso donde lo dice "For the life of the flesh is in the blood [ . . . ] " Levitico 17:11.

Creo que no te tengo en seguidores, voy a ello. Aqui encontraré más de tus preciadas palabras que en fotolog.

Besitos miles,
Rocío.